La respuesta depende del tipo de vuelo y de la flexibilidad que tengas, pero aquí te dejo los factores clave:
1. Reservar con anticipación:
- Vuelos nacionales:
- Lo ideal es reservar con 3 a 7 semanas de anticipación.
- Las aerolíneas suelen ofrecer tarifas más económicas en este período.
- Vuelos internacionales:
- Reservar con 2 a 6 meses de anticipación suele garantizar mejores precios.
- En destinos muy populares o en temporada alta, incluso más tiempo es mejor.
Ventajas:
- Mayor variedad de opciones de horarios y asientos.
- Evitas aumentos de precios de última hora.
Ideal para:
- Personas con fechas de viaje fijas.
- Temporadas altas como Navidad, verano o festividades locales.
2. Esperar ofertas de último minuto:
- Las aerolíneas pueden bajar precios pocos días antes del vuelo si tienen asientos vacíos.
- Sin embargo, esto no es garantía, y en vuelos muy populares, los precios tienden a subir.
Ventajas:
- Puedes encontrar ofertas increíbles en vuelos menos demandados.
- Ideal para personas con horarios y destinos flexibles.
Desventajas:
- Limitada disponibilidad de asientos y horarios.
- No es recomendable para vuelos internacionales o en temporada alta.
3. Usar herramientas inteligentes:
- Plataformas como Google Flights, Hopper o Skyscanner te muestran predicciones de precios y alertas para reservar en el momento óptimo.
Conclusión:
- Reserva con anticipación si tienes fechas fijas o viajas en temporada alta.
- Considera ofertas de último minuto solo si eres flexible y no te importa arriesgarte.
En la mayoría de los casos, planificar con tiempo te ahorrará más dinero y estrés. 😊✈️